Escuela Polaca de Animación, entre la fantasía y la realidad.

Si bien anteriormente hubo filmes experimentales, el nacimiento de cine animado polaco se da después de la Segunda Guerra Mundial, con la película "Ojo y Oído" (1945) de los hermanos Stefan y Franciszek Themerson y con el corto infantil "En tiempos del Rey Krakus" (1947) de Zenon Wasilewski. Constituyendo esta última película, todo un adelanto para la época y dandole a su creador reconocimiento mundial.

El pintor Zdzislaw Lachur creó filmes animados para hacer propaganda política, el largometraje "Hacia la nueva Polonia" (1946) es el mejor reflejo de esto. Lachur además fundó en 1947 el "Centro Experimental de Dibujos Animados", luego renombrado "Grupo de Dibujos Animados Silesia" que funcionaba como una cooperativa y aglomeraba a decenas de entusiastas artistas.

Era una época en donde la doctrina del realismo socialista se hizo sentir en la creación de las películas animadas. Los artistas dejaban de lado la experimentación y la diversión como un fin en si mismo, el arte se había transformado en un instrumento para formar un nuevo espectador socialista.

A pesar de esta tendencia, hubo también artistas que siguieron más comprometidos con la experimentación artística y no se dedicaron a la propaganda socialista. Se destacaron en esta línea, Walerian Borowczyk y Jan Lenica. Sus filmes tenían una temática surrealista que incorporaban el collage y la figura recortada. Las tramas estaban más en segundo plano con respecto a lo artístico.

Así es que con estos precedentes, la década del '60 se transforma en la Edad de Oro de la animación polaca y se empieza a hablar de la "Escuela Polaca de Animación" o "Escuela Filosófica".
El cine se volvió más de autoría, representando la visión individual que tenían los artistas sobre la realidad polaca. Se criticaba la ideología reinante y se usaba en muchos casos la sátira política, siempre tratando de sortear la censura que existía en la época.

Este movimiento siguió fuerte su cauce durante las décadas del '70 y '80, resistiendo aún la caida del Muro de Berlín y continuando hasta nuestros días sorprendiéndonos.